El uso de la oficina por parte de las empresas ha transformado el mercado en los últimos años, modificando funcionamiento y la productividad. 

No hay dudad que el alquiler de oficinas por parte de las empresas ha evolucionado considerablemente en los últimos años. Numerosos factores han influido en este cambio: las nuevas formas de trabajo, la movilidad, la comunicación a distancia, las necesidades de la globalización y la aparición de una nueva generación de trabajadores, todo ello supone un reto para las organizaciones. Ya no podemos hablar de una «oficina» tal y como se concebía hace años. Las oficinas actuales ofrecen una amplia variedad de espacios en los que los empleados pueden realizar su trabajo con comodidad y con la máxima eficiencia.

Los profesionales quieren disfrutar de más flexibilidad en sus horarios. Por eso muchas empresas están reestructurando sus oficinas para evitar largos desplazamientos, tener un horario flexible y adaptarse al trabajo desde casa. Cuando se trata del diseño de oficinas, hay muchos tipos de zonas de colaboración que pueden hacer que el trabajo en equipo sea más productivo. Un ejemplo son las salas de proyectos, salas más pequeñas en las que se pueden desarrollar proyectos en grupos más reducidos sin ser molestados por el ruido de la oficina u otras actividades que distraigan.

 

El momento del coworking en Madrid y Barcelona

El alquiler de coworking también ha irrumpido con fuerza especialmente en los mercados de Madrid y Barcelona. Estos nuevos modelos requieren menos espacio y permiten a los empleados colaborar fácilmente entre sí y compartir información en tiempo real. Este cambio ha llevado a distintas empresas a adaptar su cartera de inmuebles creando más espacios de oficina abiertos que se pueden compartir con otras empresas. Este tipo de edificios están diseñados para que todos puedan interactuar y aprovechar sus conocimientos en caso de necesidad; además, aportan beneficios como la reducción de los costes operativos (se necesita menos mobiliario) o la mejora de la productividad al tener a varios profesionales trabajando juntos bajo un mismo techo.

Además de tener su propio puesto de trabajo, cuenta con acceso a zonas comunitarias como cocinas, salas de reuniones o incluso espacios de entretenimiento. Los principales destinatarios de este tipo de contrato son: emprendedores, startups y consultores que quieran formar parte de una de las ciudades «startup» más importantes de Europa. También pueden ser autónomos con su propia empresa o empleados en empresas multinacionales que necesitan un espacio para trabajar desde casa.

En conclusión, podemos decir que los espacios de coworking y los espacios flexibles se han convertido en un elemento clave en la evolución de los modelos de negocio en las últimas décadas. Ofrecen a las empresas la flexibilidad que necesitan para adaptarse a las nuevas formas de trabajo, comunicarse a distancia y colaborar con sus clientes. Aunque lo cierto es que encontrar un espacio de coworking o un alquiler de oficina puede ser un reto si no estás familiarizado con la zona o el mercado.